200 AÑOS DE LA LLEGADA DEL
LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR A LA NUEVA GRANADA.
El
Libertador Simón Bolívar luego de su formación intelectual en Europa, dirigida
por el sabiol Marqués de Ustariz, contrajo matrimonio con doña María Teresa Rodríguez
del Toro y regresó a su natal Venezuela para ocuparse de sus prósperos
negocios. Poco le duró la felicidad conyugal; Maria Teresa falleció en Caracas
y Bolívar regresó a Europa, dedicándose a conocer el viejo continente. Su modo
de vida fue sibarítico y a juicio de muchos biógrafos: desordenado y excéntrico.
Acompañado de su maestro Rodríguez recorre gran parte de Europa, presenció la coronación
de Napoleón, primero en París y luego en Milán; en Roma juró luchar por la
independencia de América y regresó a su patria por la vía de los Estados Unidos
de América, país soberano e independiente en donde conoció la estructura geopolítica
de una Federación de Estados.
Al
regresar a Caracas, los fermentos revolucionarios se habían multiplicado. En la
“cuadra de Bolívar”, conspiraron los ilustrados caraqueños; Miranda fue la
cabeza visible de la revolución y así inició la primera república venezolana,
de cuyos ejércitos hizo parte don Simón Bolívar Palacio.
Esa
primera revuelta venezolana fracasó; Bolívar fue derrotado en Puerto Cabello,
Miranda fue apresado y el régimen español retomó el poder. El Libertador salió
bien librado de este trance, puesto que consiguió un salvoconducto, que le
permitió salir exiliado a las Antillas, en donde reflexionó sobre los hechos
ocurridos y decidió continuar con su tarea libertadora.
Fijó
Simón Bolívar sus ojos en la ciudad de Cartagena, capital de la provincia del
mismo nombre, en el Nuevo Reino de Granada, la cual se encontraba en manos
patriotas, pero luchando duramente contra el opresor imperio español, asentado
en la provincia de Santa Marta, que buscaba a todas luces conservar el dominio
de estas tierras.
El
2 de noviembre de 1812, llegó don Simón Bolívar a Cartagena y entregó a los americanos un “manifiesto” que
“figura como presentación a un folleto que edita conjuntamente con sus
compatriotas el Dr. Vicente Tejera y el comandante Miguel Carabaño, donde se
reproducen las capitulaciones de Miranda con Monteverde y varias proclamas de
Monteverde”[1]
Para
Simón Bolívar, la capitulación firmada con Monteverde, había sido un acto de cobardía del general
Miranda, quien no había atendido el reclamo de más de siete mil hombres
acantonados en el cuartel de “La Victoria” y que querían luchar
desesperadamente para liberar la patria venezolana.
Escribió
el Liberador en su manifiesto:
“Cerremos para siempre las puertas de la
conciliación y la armonía: que
ya no se oiga otra voz que la indignación. Venguemos tres siglos de ignominia…” y terminó su proclama escribiendo: “¿Pero podrá existir un americano, que merezca este glorioso
nombre, que no prorrumpa en un
grito de muerte contra todo español, al contemplar el sacrificio de tantas víctimas inmoladas en toda la extensión
de Venezuela? No, no, no.”[2]
Durante
todo el mes de noviembre Bolívar permaneció en Cartagena; se reunió con sus
paisanos y con los personajes del gobierno de la provincia, pero su objetivo
fue el Congreso de la Nueva Granada y el día 27 de ese mes dirigió un
comunicado a dicho Congreso, en donde explicó detalladamente las causas del
fracaso de la primera república venezolana y solicitó la protección de la Nueva
Granada, informando al Congreso acerca de su participación activa en la
contienda civil que enfrenta el Estado soberano de Cartagena, contra la realista
provincia de Santa Marta.
Remató
el Libertador con estas palabras:
“ (hay que ) cumplir con los deberes
sagrados de recobrar la libertad de
la América del Sur, establecer en ella las santas leyes de la justicia y restituir sus naturales derechos a la
humanidad”[3]
Estos
escritos fueron el preámbulo del muy importante pliego, conocido popularmente
como el “Manifiesto de Cartagena” promulgado por el Libertador en esa ciudad el
15 de diciembre de 1812 y cuyo nombre oficial es “Memoria a los ciudadanos de
la Nueva Granada por un caraqueño”. Este documento, tremendamente vigente luego
de doscientos años de escrito, puede ser uno de los filones históricos que se
deben estudiar en estas conmemoraciones bicentenarias.
Simón
Bolívar entró a hacer parte de las fuerzas militares del Estado de Cartagena y
el 21 de diciembre tomó posesión del mando de una guarnición militar acantonada
sobre el rio magdalena y conocida como Barrancas. Se preparó para la guerra
apoyándose en uno de sus principios militares: “toda guerra defensiva es
perjudicial”
El
día 23, en un ataque sorpresa se tomó el puesto realista de Tenerife, arengó a
sus habitantes y los increpó: “os
pregunto si reconocéis y juráis fidelidad y obediencia al soberano gobierno del
Estado de Cartagena con todas las formalidades del caso”[4] los habitantes de Tenerife reconocieron y
juraron fidelidad a Cartagena. Seguidamente Bolívar hizo presencia en Plato y
Zambrano, obteniendo los mismos resultados.
Continuó
el Libertador su marcha militar y arribó el día 27 a la muy importante ciudad
de Mompox, en donde fue recibido con gran júbilo y proclamado como comandante
militar de la ciudad. Allí el Libertador reforzó su ejército con más de 400
momposinos que le ayudaron a continuar con su campaña por el río Magdalena.
El
día 30 ocupó la población de Guamal
abandonada por los realistas ante la inminencia del ataque de Bolívar, solicitó
al corregidor de Mompox enviar jefes civiles y militares y se dirigió al estratégico
puerto de El Banco situado en la confluencia del rio Cesar, con el Magdalena,
lo que le da una gran importancia militar.
El
año de 1813, hace doscientos años, recibió al Libertador, triunfador en El
Banco. Los realistas abandonaron el puerto y Bolívar decidió atacarlos, adelantándose
por vía terrestre y a marchas forzadas, llegó a Chiriguaná, y allí esperó al
enemigo que viajaba lentamente por el río Cesar. En ese poblado se dio la
acción militar, Bolívar triunfó, capturó gran número de prisioneros españoles y
recibió una importante cantidad de pertrechos y municiones.
No
habían salido los pueblos del Magdalena de su asombro, cuando el Libertador, el
día 6, y de una manera intempestiva, se apoderó de Tamalameque, persiguió a la
guarnición realista que salió huyendo y la aniquiló completamente, siguió su
viaje por el Magdalena y llegó a la actual Gamarra (hace 200 años, puerto de Ocaña)
en donde se encontró con las fuerzas patriotas de Cundinamarca.
Desde
Gamarra, el 8 de enero de hace 200 años, Simón Bolívar se dirigió nuevamente al
Congreso de la Nueva Granada:
“Tengo la satisfacción de participar
a Ud. que habiendo sido en cargado
por el gobierno del Estado de Cartagena de pacificar los lugares que ocupaban los enemigos en el
sur de la Provincia de Santa Marta,
desde la villa de Tenerife hasta la ciudad de Ocaña, he logrado poner en libertad la navegación del Magdalena…(…); y puesto en vergonzosa fuga las reliquias de Guamal, Banco, Chiriguaná y Tamalameque. Bien pronto tomaré posesión de Ocaña. Todas estas operaciones se han ejecutado en el término de quince días.”[5]
El
12 de enero, el Libertador se encontraba en la patriótica ciudad de Ocaña con
lo que consolida la liberación del río Magdalena y deja libre el camino hacia Cúcuta;
esto le permitirá continuar hacia su natal Venezuela. En Ocaña revisó la situación de Pamplona amenazada por
el español Correa desde Cúcuta, pero es consciente de que no tiene autorización
de sus jefes de Cartagena para realizar este proyecto.
A
finales de enero de 1813 Simón Bolívar regresó a Mompox en busca de la
autorización para continuar a Cúcuta, durante su viaje revisó las poblaciones
conquistadas y luego de obtener permiso para atacar, regresó con armas y
municiones a la ciudad de Ocaña el 7 de febrero de 1813.
El
objetivo del Libertador fue claro: “defender a Pamplona, liberar a Cúcuta y
redimir a Venezuela” y fue así como el día
15, marcha de Ocaña a reunirse con el coronel Castillo para proceder a invadir
a Pamplona; el día 22 entró victorioso a “Salazar de las Palmas” luego de
vencer a la vanguardia española en el “alto de la Aguada” que da paso al valle
de Cúcuta.
El
28 de Febrero, Bolívar se tomó a Cúcuta; veamos como lo narra el Libertador:
“Después de haber llegado a mi cuartel
general de San Cayetano los pertrechos
y retaguardia, y ciento y pico de hombres de las tropas de la Unión…(…) pasamos ayer tarde el río
Zulia, y al amanecer de este día
nos pusimos en marcha hacia esta villa,
capital de Cúcuta y cuartel
general del enemigo. Aún no eran la
nueve de la mañana cuando nos
encontramos posesionados de la altura que domina el valle, desde donde empezamos a batir al enemigo que se había acampado afuera de la villa (…) y cansados ya
de cuatro horas de combate, entramos a
la bayoneta, por habérsenos casi acabado
las municiones de
fusilería.
El enemigo sobrecogido en este
momento de un terror pánico, se escapa
precipitadamente, dejando en nuestro poder la plaza, artillería, pertrechos, fusiles, víveres y cuantos efectos
pertenecían al gobierno español y
a sus cómplices.
Hemos alcanzado la más completa
victoria…”[6]
El
primero de marzo; Bolívar proclamó a los habitantes de Cúcuta su nueva libertad
y los documentó acerca de los requisitos y normas a cumplir; se dirigió a San
Antonio, en Táchira, en donde se dirigió a los habitantes del poblado
proclamando entre otras cosas:
“En este día ha resucitado la República de
Venezuela, tomando el primer aliento de
la patriótica y valerosa Villa de San Antonio”[7]
La
resurrección de la República de Venezuela es por tanto un feliz aporte de la
Nueva Granada y fueron los valerosos soldados de la Unión: cartageneros,
momposinos, cundinamarqueses y santandereanos, los que hicieron este regalo de
libertad a la hermana república.
El
Libertador permaneció en Cúcuta el mes de marzo, el mes de abril y hasta el 15 de mayo, su trabajo intelectual fue
muy febril; se dedicó a dirigir comunicados al poder ejecutivo de la Unión, al
presidente de las Provincias Unidas de la Nueva Granada y al gobierno de Cartagena.
El
12 de marzo de 1813 los representantes de las Provincias Unidas de la Nueva
Granada, reunidos en Tunja, otorgaron al coronel Bolívar el grado de brigadier
general y el título de ciudadano de la Nueva Granada.
Reflexión:
Bolívar se convirtió en ciudadano de la Nueva Granada el 12 de marzo de 1812;
estamos próximos a celebrar doscientos años de ese acontecimiento y debemos
conmemorarlo con orgullo, puesto que esta efemérides hará recordar al mundo,
que el Libertador no solo es Venezolano; que es tan colombiano como cada uno de
nosotros, por haber sido reconocido como ciudadano de nuestro país gracias a
sus servicios.
Quiero
recomendar a los miembros de la Sociedad Bolivariana de Antioquia, el estudio
de los documentos del Libertador Simón Bolívar durante este período en Cúcuta y
muy especialmente las comunicaciones cruzadas con el presidente de la Unión,
don Camilo Torres y Tenorio. En estos documentos se puede ver claramente la
confianza y el apoyo que el mandatario prestó en un momento decisivo, a la
campaña por la libertad de América.
El
16 de abril, Simón Bolívar pasó a San Cristóbal, en Venezuela, y se dirigió a
La Grita, con el ánimo de revisar la vanguardia del ejército comandado por el
coronel Castillo. Regresó a Cúcuta y retomó la tarea de producir comunicaciones
e informes destinados al Presidente Camilo Torres.
El
14 de mayo de hace 200 años, Simón Bolívar partió de Cúcuta con aproximadamente
500 hombres; fue en busca de su sueño y en pos de un juramento. Inició la
campaña de Venezuela que la historia recordará como la “Campaña Admirable”, la
cual merece juicioso estudio y será otro tema que trataremos en una oportunidad
posterior.
Por
lo pronto dejemos aquí este trabajo, considero que tenemos abundante material
para revisar durante todo esta año, buscando conmemorar dignamente los
doscientos años de la llegada a la Nueva Granada de ese gran hombre que fue Don
Simón Bolívar y Palacio.
Rafael Iván Toro
Gutiérrez
Sociedad
Bolivariana de Antioquia
Febrero
28 de 2013
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